Las deserciones cubanas


Angela M. Angulo | 7/16/2015, midnight
Las deserciones cubanas

Crecer bajo un régimen comunista provoca desear que la opresión tenga un fin próximo, de corto plazo. Entonces las oportunidades serán mejores, diversas y más frecuentes para la población. Pero como en un régimen comunista el control lo tiene el gobierno dictatorial, depende de la persona buscar su destino (especialmente si se tiene cualidades destacadas).

EL DATO

Desde 1980, año en que el halterista Roberto Urrutia decidió no volver a Cuba y pedir asilo a Estados Unidos, cientos de deportistas cubanos escogieron la deserción deportiva por el escape hacia una eventual victoria mucho mayor: la libertad.

Eso es lo que sucede con los deportistas cubanos. Se esfuerzan por representar a su país para tener la oportunidad de salir de él y, si se presenta la oportunidad, abandonar la delegación con la que llegaron a competir. Las Olimpiadas, los Juegos Panamericanos, cada competición internacional se vuelve una posibilidad. La mayor cantidad de deserciones se han dado en el béisbol, el atletismo y el voleibol, disciplinas en las que Cuba destaca.

El fútbol no es tan popular en la ‘Isla Bonita’ pero también representa una posibilidad de escape, especialmente cuando la delegación cubana participa en torneos oficiales. Desde el año 2002, el fútbol propició 23 deserciones. Las dos más recientes se han dado en la Copa Oro 2015: el delantero Keiler García y el portero suplente Arael Araguellez.

El torneo de la Concacaf que se juega en territorio estadounidense es propicio para los deportistas cubanos, ya que está vigente la ley ‘pies secos, pies mojados’, que les otorga la legalidad inmediata. Porque basta que un cubano pise este suelo para que pueda quedarse.

En octubre del 2013, con la finalidad de acabar con las deserciones, el Instituto del Deporte Cubano haya aprobado una norma que permite a los deportistas ser contratados por ligas profesionales extranjeras (y así salir del país legalmente), quedarse con todo el dinero que facturen pero pagando impuestos (como todo el mundo). No es suficiente. Ni la sospechosa flexibilidad del gobierno comunista cubano ni la reapertura de las relaciones con Estados Unidos. Los deportistas de élite quieren más y es su derecho. Mientras escribo estas líneas se acerca el final del torneo y pienso ¿cuántos más escaparán buscando su libertad?