El toque femenino de las ‘charreadas’


Elegantes, distinguidas y femeninas, jóvenes charras ejecutan peligrosos ejercicios cabalgando

7/2/2015, midnight
El toque femenino de las ‘charreadas’

En un conjunto de folklor mexicano, ejercicios, coreografías con música de fondo, luciéndose al trote y galope del caballo, niñas y jóvenes dan el toque femenino al deporte nacional mexicano conocido como la charrería. Ellas son las tradicionales Escaramuzas Charras.

“Para este deporte, el entrenamiento es intenso, se requiere de mucha preparación, disciplina, dedicación, enfoque pero más que nada pasión. Sin eso el deporte no tiene sentido”, dice Patricia Tello, entrenadora profesional del equipo El Rosario de Austin.

EL DATO

El domingo 5 de julio, El Rosario estará compitiendo en el 1er. Torneo Pre Estatal Zona Norte de Escaramuzas en el Lienzo Charro ‘El Jardín’, localizado en el 801 Mars Rd., en Wilmer (TX 75172). La cita es a las 11am.

Originaria de San Luis Potosí y con 20 años de experiencia trabajando con niñas y jóvenes, Patricia ha tenido a cargo el equipo El Rosario por 5 años consecutivos. Ellas lograron, el pasado 29 de marzo, alzarse con el segundo lugar en las competencias pre estatales en San Antonio, Texas.

Los equipos de Escaramuza pueden ser integrados por 6 hasta 12 mujeres. El Rosario está compuesto únicamente por 8 niñas y jóvenes de entre 10 y 23 años de edad y una suplemente: Cynthia Juraidini (capitana del equipo), Alejandra Medina (suplemente), Anahi Chávez, Anahi Jaimes, Esmeralda Pérez, Jennifer Marie, Lesly Muñón, Lesly Saldierna y Leonor Chavira. Lo que estas jóvenes practican es un deporte donde hábilmente demuestran sus actuaciones con el dominio que desempeñan sobre el caballo, siguiendo así su cultura en los Estados Unidos. Esta tradición inició en México alrededor de los años 50 con el primer equipo de escaramuzas, llamadas ‘Las Coronelas’.

“Yo comencé a los 6 años y lo que más me gusta es poder vivir la tradición mexicana y seguirla en este país. Es un deporte muy divertido, haces una relación con todas las compañeras, al igual que con tu caballo, una relación que nadie más puede tener, y para mi es todo un placer portar el traje de ‘Adelita’, que es el traje oficial de las escaramuzas”, comenta Cynthia Juraidini, capitana del equipo El Rosario.

Ser escaramuza es un arte en movimiento, una danza sincronizada. Sin embargo no se trata sólo de exhibir belleza, si no que destreza, maestría, habilidades pero sobre todo pasión por la tradición.

En el lienzo, lugar donde se reúnen los charros hacen el torneo de las charreadas, los equipos demuestran sus destreza por el deporte a través de habilidades y trucos a caballo. Se mueven sincronizadamente en parejas y grupos, así formando distintas figuras en el lienzo, con series de ejercicios y rutinas.

El puntaje en las competencias es medido por puntos tomándose en cuenta la coordinación de todas las jóvenes y los caballos, la rutina y el desempeño. Al iniciar la temporada de competencias, estas jóvenes practican por meses entre 3 y 4 horas diarias; son entrenadas para poder dominar los movimientos de su caballo, a base de sonidos y movimientos corporales, a coordinar con los demás caballos y sus compañeras, a medir tiempos y aprender rutinas, además del mantenimiento del caballo. La comunicación es una de las bases de este deporte.

“Ser escaramuza no es sencillo; hay días que el calor está insoportable, los caballos indomables, las chicas sudan, se cansan; pero cuando continúan pese a todos los obstáculos, demuestran su pasión y la práctica se te vuelve mejor. Hay niñas que comenzaron desde los 6 años y aún siguen en el deporte”, explica Zulema García, madre de Anahi Jaimes.

La charrería no es sólo un deporte, es una tradición, un arte que sin el toque elemental de las escaramuzas no lleva la misma expresión de cultura al mundo. Es un legado que cruza fronteras y brinda un estilo a otras culturas. Lo que estas jóvenes logran mantener es un lazo cultural con México y así celebrar su identidad.