Los 36 agentes de la policía de Medellín de Bravo (Veracruz) fueron detenidos en un operativo conjunto de la Secretaría de Seguridad Pública y el grupo de élite Fuerza Civil, para que rindieran declaración por la desaparición de un periodista dentro de una investigación cuyas primeras pistas apuntan a un alcalde, según las autoridades. Se espera que todos los detenidos declaren sobre el caso de Moisés Sánchez, un periodista secuestrado el pasado 2 de enero por un grupo de nueve hombres armados que se desplazaban en tres camionetas y sacaron al comunicador de su casa a la fuerza.

El fiscal también dijo que las investigaciones están avanzadas y que una de las líneas apunta al activismo social del periodista contra el alcalde de ese municipio, Omar Cruz, quien era el blanco principal de las críticas del periodista, que escribe y toma fotos para el modesto semanario ‘La Unión’, de su propiedad, y también trabaja como taxista para completar sus escasos ingresos como comunicador.

Según información recabada por la Sociedad Interamericana de Prensa, Sánchez fue amenazado varias veces en el 2014 por parte del presidente municipal y también por personas que no logró identificar. El gobernador estatal Javier Duarte ha tratado de minimizar cualquier vínculo posible entre los asesinatos de periodistas y el desempeño de la profesión.

Veracruz es uno de los estados más peligrosos de México para el desempeño del periodismo, según el Centro para la Protección de Periodistas de Nueva York (CPJ). Desde el 2011, al menos tres periodistas han sido asesinados en el estado por motivos relacionados con su trabajo. El CPJ investiga el asesinato otros seis en circunstancias no esclarecidas y también hay tres periodistas desaparecidos. AGENCIAS