Su estrategia es la confrontación abierta, la disociación entre minorías, el exabrupto y la incontinencia verbal. Su estilo pretende demostrar carácter y firmeza, especialmente cuando zanja con frases cortas la viabilidad de sus propuestas. Es Donald Trump, el precandidato presidencial del Partido Republicano que lidera las encuestas entre los votantes registrados del GOP.

En esta parte de su precampaña, el magnate ha centrado su discurso en culpar a la inmigración indocumentada de todos los males del país. Y no habla de todos los inmigrantes. El ‘celebrity’ mayor es específico: México –sus autoridades y su gente– es el gran complotador de los vicios y taras de Estados Unidos; el mal vecino que ‘envía’ a lo ‘peor’ de su gente para desmedro de las industrias estadounidenses.

En su foro íntimo quizá no crea que es así, pero lo dice para canalizar las frustraciones de la ciudadanía anglo y de los hispanos que han tapiado en su memoria el recuerdo de sus antecesores.

Trump propone levantar un muro inexpugnable y que México lo pague. Si México no paga por el muro, transcribo a continuación lo que el magnate considera la mejor opción para ‘cobrar’ por el trabajo:

– Decomisar todas las remesas que los mexicanos envían a sus familiares cuando este dinero proviene de sueldos ilegales.

– Aumentar los costos de todas las visas temporales otorgadas a directores ejecutivos y diplomáticos mexicanos (si es necesario cancelarlas).

– Incrementar las tarifas para el otorgamiento de tarjetas para el cruce fronterizo.

– Aumentar los costos a todas las visas para trabajadores mexicanos como parte de los acuerdos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

– Elevar las tarifas en puertos de entrada a Estados Unidos a quienes llegan desde México.

– Recortar la ayuda extranjera a México si es necesario.

Recordemos que Donald Trump es, tanto como empresario, un personaje de la televisión. Y para lograr el ‘rating’ que su campaña necesita, él debe presentarse como el ‘héroe’ que puede salvar al país. Y si hay una héroe, debe haber Némesis. Está claro que el ‘malo de la película’ es México.

El tema migratorio será importante en los debates de los candidatos presidenciales en la campaña del próximo año.