Cada año, entre 300 mil y 400 mil niños nacen en este país de la unión de inmigrantes indocumentados. A pesar de la nacionalidad extranjera y el estatus irregular de los padres, el Gobierno Federal reconoce automáticamente a todos los recién nacidos como ciudadanos estadounidenses por mandato de la Constitución. Esto ha generado la creación de una nueva industria: ‘el turismo de maternidad’, que aunque es controvertido y polémico, no es ilegal.

Aunque parezca increíble, varias agencias extranjeras ofrecen sus servicios a madres embarazadas que quieran tener a su hijo en territorio estadounidense para que éste obtenga la nacionalidad de este país. No nombraré cuáles para no incentivar este controvertido negocio. Según el Centro de Estudios sobre Inmigración (con sede en Washington) alrededor de 40 mil mujeres inmigrantes llegan anualmente a este país con el único propósito de dar a luz a sus hijos. La mayoría de estas mujeres son de China, Corea del Sur, Taiwán, Nigeria y Turquía.

Estas agencias (que cobran entre $15 mil y $80 mil a las madres) también asesoran sobre cómo disimular el vientre a las embarazadas en los controles de los aeropuertos, y les ayudan a gestionar los papeles una vez el niño ha nacido para obtener el certificado de nacimiento, el pasaporte y el número de Seguro Social antes de regresar a sus países de origen.

Son muchos los beneficios de ser ciudadano estadounidense: acceso gratuito a la educación primaria y secundaria y puedes solicitar becas y préstamos para acceder a la universidad reservados solo a ciudadanos de este país. Otras ventajas son viajar sin visado a todos los países con los que Estados Unidos tiene acuerdos bilaterales y el hecho de que, cuando el hijo sea adulto, podrá pedir la residencia permanente para sus padres.

Para frenar el ‘boom’ del ‘turismo de maternidad’, el Senador Republicano David Vitter (Louisiana) ha presentado un proyecto de ley que pretende negar la nacionalidad a aquellas mujeres inmigrantes embarazadas que llegan a Estados Unidos exclusivamente para dar a luz. Hay quienes apoyan la medida y quienes la respaldan.

Finalmente, es oportuno recordar que Estados Unidos instauró en 1886 el derecho de ‘ciudadanía automática por nacimiento’ en la Enmienda 14 de la Constitución, para proteger a los niños nacidos de extranjeros indocumentados y de estatus temporal. Desde entonces, se han celebrado audiencias en el Congreso de la Unión con iniciativas, proyectos de ley y legislaciones (Republicanas y Demócratas) que proponían limitar o poner fin a ese privilegio. Ninguna ha tenido éxito.